Ha abierto los ojos dos minutos antes de que le sonara el despertador. Cada lunes le pasa igual, dos minutos antes de las ocho de la mañana se despierta y ya no se puede volver a dormir, sólo que hoy lo ha hecho agitada por el ruido del viento. Toda la noche ha oído cómo las ramas de los árboles que rodean su casa se agitaban y ha notado cómo se colaba un ligero soplido por debajo de la puerta, una voz ronca que resonaba en todos los rincones de la habitación, como si detrás del armario o debajo de la cama se escondiera un hombre alto y gordo con un altavoz, susurrando y gritando a la vez. Sin querer se está volviendo a dormir pero lo que le despierta, a las 8 de la mañana del lunes 2 de febrero, no es el despertador: es la ráfaga de viento más fuerte que ha oído nunca. Abre los ojos y mira aterrorizada a su alrededor…
Esta asustada y tiene miedo. Oye un ruido que invade toda su habitación, mientras Natalia mira de un lado a otro descontroladamente. El ruido se convierte en una voz que acecha su habitación y su cuerpo. Se queda paralizada entonces ve a una figura que se me mueve rápidamente y, a la misma vez, lentamente por las paredes de la habitación. Natalia aún cree que esta soñando, pero entonces una ligera brisa le golpea en la cara y se da cuenta de que no es así. De repente la figura extraña se detiene delante suyo y se le lanza encima. Lo último que recuerda es el grito que inundó su habitación.
Se despierta entre lagrimas y mas gritos. Abre los ojos y ya no ve a la sombra, solo a sido una pesadilla. Pero mira a su alrededor y se queda inmóvil, esa no es su habitación. Se levanta, y descalza, empieza a mirar en la habitación que se encuentra. Asustada piensa que no esta en su casa, pero al mirar detenidamente se da cuenta que esta en la de su abuela. Aunque aún no sabe cómo ha llegado hasta allí.